miércoles, enero 28, 2009

Mis blogs de aula

Estos días ando de nuevo atareada y con falta de tiempo. Ya hay que recoger datos para la preevaluación, así que es conveniente ir preparando controles de las unidades que hemos visto para recabar información. Además, urge ir adelantando contenidos pues los alumnos llevaban un mes sin clase cuando me incorporé y están más retrasados en el temario que otros cursos.
Por otra parte, me ha parecido buena idea crear un blog de aula para cada nivel: uno para los de 3º de ESO (Somos los terceros) y otro para los de 4º de ESO (Cuarto de Lengua). Es una manera más de contactar con ellos y de motivarlos, aunque va a tener apenas la duracion de un curso (y dependiendo también de la aceptación que tenga, claro, pues no merecerá la pena mantenerlo si me supone más esfuerzo y empleo de tiempo que recompensa). También me va a servir como medio de presentar información, como alternativa a las fotocopias, pues vaya bronca que nos han montado esta semana en la reunión de Departamento por el gasto en fotocopias y folios (ay, la crisis...). Yo, como quien dice, estoy recién llegada y el gasto del trimestre pasado no me afecta, pero el recorte que se avecina sí.
En fin...que estas urgencias con la preparación de pruebas y de las clases y estos enredos con los blogs me tienen más ocupada de la cuenta y por ello apenas he pasado por aquí y por mis sitios favoritos.

lunes, enero 19, 2009

Imagen, poema y canción sobre la lluvia



Hoy llueve en Sevilla. Una lluvia cadenciosa pero con brío que se ha llevado al frío por momentos. Me gustaría dedicarle una entrada en el blog y así romper esa cadena que nos aprieta a veces a los que escribimos en los blogs y desterrar la apatía, la falta de ideas o palabras. Acudo, pues, a éstos tres elementos para conjurar el maleficio ya comentado en la anterior entrada y remontar la cuesta del blog en este mes de enero que tan arduo se ha presentado.

La imagen que he elegido ha sido tomada de Recogedor. Aunque no es gran cosa, me gusta porque capta, como si observara llover desde una ventana o bajo un portal, esa paradójica impresión que se me queda grabada siempre que miro la lluvia: por una parte, activa, inquieta, me sugiere movimiento; por otra, monótona, repetitiva, relajante, me reporta quietud, tranquilidad.

El poema pertenece a la antología poética A Todo Amor, de Ángel González. De él destaco los versos dedicados a la lluvia. Preciosa manera de describirla que puede servirnos de recordario del magnífico poeta fallecido hace ahora un año. De paso, recojo aquí una completa entrada de un blog (de la que he tomado el poema) en la que se homenajea al autor.

LA LLUVIA

No; la lluvia no te moja:
te resbala.
Tienes la piel de aceite, amada mía.
Ungida con aceite, perfumada.
Todo lo ha traspasado de ternura
la lengua transparente de las aguas.
Un vapor dulce, como el aliento
de un buey, cálidamente exhalan
los árboles.
Gotas largas,
como alfileres líquidos,
brillan al primer sol de la mañana.
La lluvia que ha mojado tus cabellos,
no ha mojado tu cuerpo ni tu cara.

Y la canción, de Serrat (otra vez...qué le voy a hacer). Melancólica, solitaria, triste. Como el día de hoy. Cada vez que llueve se me viene su musiquilla.

sábado, enero 17, 2009

El tiempo vuela

Se me echa el tiempo encima. Con el blog, con las clases, con la vida (se me viene a la cabeza la musiquilla del poema de Miguel Hernández cantado por Serrat: Llegó con tres heridas...).
Con el blog me ocurre algunas veces que, a pesar de tener cosas que decir, no encuentro el momento de hacerlo y, cuando lo encuentro, ya no me parece tan interesante lo que pensaba escribir. Otras veces pasa, simplemente, que ya he leído en otro sitio de los que suelo visitar lo que yo estaba pensando recoger en una entrada y si ya me parece impecable...¿para qué entonces repetir ideas, temas, palabras? Y hay veces (estas son las peores) en que no encuentro ni siquiera qué decir y hasta me planteo dudas sobre la utilidad de este blog.
Con las clases (tanto en lo referente a la preparación de las mismas como a las relaciones sociales con los alumnos, los profesores y demás personal que trabaja en el instituto), al llegar a un nuevo destino siempre se necesita un periodo de adaptación. Al principio, cualquier cosa que después parece insignificante absorbe mucho tiempo , sobre todo si ya está empezado el curso y es una la que llega cuando ya está todo en marcha. Hay que ir conociendo a los compañeros, a los alumnos, aprenderse la disposición de las clases para no ir como un zombi dando paseos de un lado para otro, saber cuándo y dónde están disponibles determinados materiales y recursos, medir el ritmo de trabajo necesario para cada grupo...Menos mal que, poco a poco, ya voy cogiendo el paso, pero hasta ahora, para subir al tren en marcha he tenido que ir necesariamente a la carrera y a un ritmo vertiginoso.
Con la vida diaria (con la familia, con los amigos, con una misma...) también el tiempo apremia. Ocurre que falta menos de un mes para mi cumpleaños y, aunque me alegro muchísimo de cumplirlos, por estas fechas siempre me parece que corre más el tiempo. O será que yo, inevitablemente, empiezo a hacer repaso y soy más consciente de ello. Miro, por ejemplo, en mi mesita de noche y veo una foto de mis niñas (que ya no son niñas) cuando tenían, la menor, dieciocho meses y, la mayor, cuatro años y medio... Ahora una cursa 4º de ESO y otra, ya en la Universidad, hace 1º de Derecho. En fin, lo que pasa es, ni más ni menos, que pasa la vida...

Procedencia de la imagen (Ilustración de John Tenniell para Alice in wonderland, de Lewis Carroll)

miércoles, enero 07, 2009

El horror de la guerra

Hemos acabado un año y empezado otro estremecidos por las imágenes terribles de los ataques israelíes en Gaza: niños muertos, padres que lloran, impotentes, con su hijos ensangrentados en brazos, escuelas bombardeadas, tanta gente inocente destrozada... Esas imágenes que hemos visto todos estos días me han dejado consternada y, aunque me gusta poner siempre una ilustración, una foto, un dibujo en cada entrada del blog, hoy, como parece que se abre un pequeño resquicio para la paz, una pequeña tregua, quiero no ver más violencia, prefiero dejar sólo un texto, dedicado a los que más pierden en una guerra: los anónimos, los inocentes, los niños.


El héroe

¿Cómo hubiera sido la guerra de Troya contada desde el punto de vista de un soldado anónimo? ¿Un griego de a pie, ignorado por los dioses y deseado no más que por los buitres que sobrevuelan las batallas? ¿Un campesino metido a guerrero, cantado por nadie, por nadie esculpido? ¿Un hombre cualquiera, obligado a matar y sin el menor interés de morir por los ojos de Helena?¿Habría presentido ese soldado lo que Eurípides confirmó después? ¿Que Helena nunca estuvo en Troya, que sólo su sombra estuvo allí? ¿Que diez años de matanzas ocurrieron por una túnica vacía?

Espejos, Eduardo Galeano, 2008