sábado, octubre 31, 2009

Yo soy...

Procedencia de la imagen


No hace falta que diga a estas alturas que me gustan los juegos alfabéticos...He acudido a esta afición para relacionarla con los contenidos que tenemos ahora entre manos (el manejo del diccionario, los adjetivos, actividades con el alfabeto...), y he propuesto a mis alumnos de 1º de ESO la actividad que describo a continuación. Se trata de que se describan, utilizando adjetivos que comiencen por la letras del alfabeto. Si esos adjetivos pueden ser enlazados de manera que creemos una especie de definición-presentación de nuestra persona, pues mejor. Si no se puede, pues valdrá solo con el adjetivo. Y para guiarlos, me muestro yo:

Andarina, activa y amigable.

Bravucona cuando me enfado, buscavidas cuando no queda otro remedio, “boquerona” ahoran que vivo en Málaga, bibliófila siempre.

Cinéfila, calurosa y curiosa, “cocinilla” por afición más que por obligación, y callejera: me gusta patear las calles.

Docente, dudosa, dialogante, detallista y desprendida.

Expresiva, estudiosa, frecuentemente entretenida con enredos y dificultades.

Filóloga franca y familiar, fumadora hasta hace unos años.

Gesticuladora, golosa, gruñona a veces, gritona otras.

Hacendosa y humilde heladera durante un lejano verano.

Imaginativa, idealista, independiente, inquieta. Igualmente indecisa, ingenua.

Juiciosa, justa, no tan joven y juerguista como hace unos años, pero sí jovial.

Ligera en el paso, liberal, llorona y, sobre todo, lectora.

Mañosa, “manitas”, minuciosa, mandona un poco y, a ratos, melancólica.

Nadadora cuando puedo, nerviosa y noctámbula.

Ñoña en absoluto.

Obstinada, objetora en circunstancias que claman al cielo, en ocasiónes ocurrente.

Primogénita, présbita, preparada, perfeccionista, polifacética y “peleona” cuando lo creo necesario, aunque siempre pacífica, pelirroja artificialmente, pero sin artificios pelicana, por prudente peco a veces de pardilla.

Quisquillosa, querenciosa con los lugares en los que echo raíces y con las personas que quiero, quijotesca alguna vez que otra, quinceañera en otro tiempo.

Romántica, risueña y resuelta.

Soñadora, sorpresiva, sevillana, sentimental y sensible.

Terrícola temperamental, también trabajadora, talentosa y tímida.

Única, paradójicamente, como todo el mundo.

Voluntariosa, vital y vulnerable.

Xenófoba jamás.

Yeísta, más del Yin (fuerza cosmológica que se manifiesta por el movimiento) que del Yan (fuerza cosmológica indisoluble del yin, que se manifiesta por la pasividad), pero siempre yo.

Zurda y nada zoquete, zángana ni zascandil.

viernes, octubre 23, 2009

Todo lo contrario

Procedencia: El cajón deSastre


Más de Benedetti para este mes. Este microcuento es un excelente antídoto contra el aburrimiento, la tristeza, la monotonía...La genialidad de Benedetti me provoca la sonrisa. Además me parece un texto estupendo para trabajar las palabras derivadas, para entender la parasínteisis, no muy fácil para muchos alumnos, o, simplemente, para echar a volar la imaginación y crear textos mediante esta divertida técnica de ir descartado prefijos. Presionante...

martes, octubre 20, 2009

Y ya van cien

Con ésta, y casi sin darme cuenta, he llegado a las cien entradas. Para ilustrar y celebrar la que hace este número, un poco de entretenimiento y mucho agradecimiento a los que os pasáis por aquí de vez en cuando. Os traigo cien gallinas y un gusano, a ver si lo encontráis, porque yo no doy con él...(hay que pulsar en la imagen para ampliar).

viernes, octubre 16, 2009

Experiencias



Ayer viví una situación que no sé si considerar kafkiana, rocambolesca, surrealista o quizás almodovariana. Y por su rareza no me resisto a no contarla.
Aunque he resuelto provisionalmente el tema de la estancia en Málaga, no estoy muy convencida, así que me he propuesto, sin prisa pero sin pausa, buscar un estudio o un piso de alquiler de uno o dos dormitorios en una zona más céntrica. Paseando por las cercanías de la estación María Zambrano recogí un número de teléfono en el que se proporcionaba precisamente lo que busco, así que llamé para ir a verlo cuando fuera posible. Me contestó alguien con voz afeminada y dominante, cortándome escuetamente y emplazándome a que lo llamara más tarde porque estaba conduciendo. Así lo hice. Tras varios intentos fallidos por fin me coge el teléfono y, acompañado del trasfondo ruidoso de un bar, con la tranquilidad en la voz de tener ya una cervecita o similar en mano, me informa de que tiene varias opciones, me detalla los precios y me aconseja que lo mejor es vernos para enseñarme lo que tiene y concretar. Quedamos, pues, para el día siguiente por la tarde, así que sobre las seis allí estaba yo donde habíamos quedado, dándole un toque, tal como habíamos convenido. Me coge el teléfono bostezando, exactamente como si yo acabara de despertarlo de una agradable siesta, y, de mala gana, me dice que si me interesa el precio lo suficiente como para ir a ver el piso. Le digo que, ya una vez allí, y después de haberme puesto a ello, no pierdo nada por ir a verlo. Me cita en una dirección y me dice que una vez esté allí ya me llamará él. Pienso que cómo va a saber él que he llegado, pero inmediatamente me digo que probablemente me estará esperando en algún bar de amplios ventanales con vistas al portal indicado.. Llego al sitio acordado y me pongo a esperar como un pasmarote, hasta que compruebo, tal como me avisaban en principio mis malos pensamientos, que efectivamente este hombre no está viéndome tras ningún amplio ventanal de ningún bar. Lo vuelvo a llamar y me responde con desgana (seguro que pensando "otra vez la pesada esta..") que suba al 2ºB. Entro en el edificio, que, la verdad, no tiene mala pinta y empiezo a hacerme una idea de cómo podría ser vivir allí, cerca de la playa y de la brisa marina. Llamo a la puerta y...¡sorpresa!: me recibe un señor calzado de chanclas con calcetines y en camiseta de las Marlon Bradon, pero en cutre (de un color cercano al blanco en su origen, en un cuerpo cercano al danone en lo blandengue). Tiene en la cabeza algo que en principio no distingo bien porque el salón al que entro está sombrío, pero después veo que es una plasta de tinte negro azabache. Lleva también un pantalón vaquero de cuya cintura cuelga un cinturón desabrochado que él, quizás por educación, se pone a abrocharse mientras me invita a pasar. El mobiliario del salón, cubierto de polvo y objetos desordenados, delata que vive solo y que está poco en casa. Me indica que me siente en un sofá rojo desvencijado, mientras él lo hace en un sillón anejo de color indefinido. Me explica que tendremos que esperar unos minutos porque se acaba de echar un tinte y después iremos a ver el único apartamento que le queda (el del precio más caro, claro). Se queja del dolor de cabeza. Cruza las piernas, posa en las rodilas las dos palma de sus manos, me mira fijamente a los ojos y me dice:

-Tú dirás lo que quieres.

Yo no sé ya lo que quiero ni si estoy buscando piso o si estoy defendiéndome de algo malo que he hecho. Así que cabilo rápidamente una respuesta. Le resumo lo que habíamos hablado por teléfono, le pregunto por las condiciones, el sitio, los precios, el aparcamiento....Entonces me dice:

-El palacio de Buckingham no lo vas a encontrar por el precio de una chabola, hija mía.

Yo, asustada, y temiendo haber dicho algo inapropiado,me justifico como puedo:

- Yo pregunto- digo.

-Y yo respondo -dice.

Vuelvo a intentar acertar y le pregunto que si me hará un contrato. Y él me responde, creyendo que soy tonta de rebote, tanto como para estar allí dentro sin saber como irme y tanto como para querer solicitar una ayuda oficial de alquiler para jóvenes.:

- Pero, vamos a ver ¿para qué quieres tú el contrato? ¿Tú que edad tienes?

Atisbo una salida y le digo, ignorando su pregunta sobre mis años, que la ayuda es para empleados de la Junta, independientemente de la edad.
Entonces lo llaman por teléfono. Se va a una habitación, dejándome sola unos segundos en aquella ratonera. Me pongo de pie pensando en inventar algo para irme. Viene y le digo que lo espero en la callle, que tengo que llamar por teléfono.

- Pero con el móvil puedes hablar aquí...Que son diez minutillos y nos vamos.

-Ya, pero estoy acalorada, que he venido a la carrera. Y me apetece que me dé el aire.

Yo ya no quiero piso, ni apartamento, ni playa, ni brisa....Salgo pitando y casi sin pensarlo lo llamo por el porterillo. Otra vez la pesada. Que mire, que lo he pensado mejor y tiene usted razón, que para qué voy a verlo si no me conviene el precio, que para qué le voy a hacer perder el tiempo, que no se apresure usted con el tinte, que me voy y ya lo llamo yo de nuevo a ver si se le queda algo libre que se ajuste a mis necesidades.....

Huyo de allí como una condenada y casi me doy de bruces con un senegalés o similar de preciosos ojos claros que me ofrece un folleto en el que puede leerse:

PROFESOR MAMADOU
Gran vidente especialista en todo tipo
de problemas y dificultades

Ciertamente, el día no puede ser más raro...Y además es un jueves 15, el día de la suerte.

jueves, octubre 15, 2009

Soy "maestra" de 1º de ESO

Yo misma, según me ve una alumna


A mí me gusta impartir clases en Bachillerato. Y en la ESO, prefiero los niveles del segundo ciclo, 3º y 4º de ESO. De entrada, no me agradan los cursos 1ºy 2º, debe de ser porque el primer año que trabajé en la enseñanza pública tuve a 1º y 2º en un centro de compensatoria y eso me marcó negativamente. Tampoco me gusta impartir materias que considero incómodas y alejadas de los contenidos propios de Lengua, como Educación para la ciudadanía, más relacionada, creo yo, con Geografía e Historia o con Filosofía. Pues bien; este curso sólo imparto Lengua a alumnos de 1º. También doy Refuerzo de Lengua a 2 º. Y Educación para la ciudadanía a 3º (es la tercera vez que me encargo de ello, muy a mi pesar).
Con los de 1º (dos aulas de 25 alumnos) paso nada más y nada menos que ¡12 horas a la semana! (cuatro horas algunos días...) pues también tengo con ellos, además de Lengua, dos horas semanales de libre disposición, dedicadas hasta ahora, según ha planteado el Departamento, a la animación a la lectura. Habrá que poner en marcha la imaginación a ver qué hacemos para animar a leer...Ya comentaré en otra entrada aspectos relacionados con las lecturas propuestas y posibles actividades.
El caso es que, a pesar de mi desapego hacia 1º, no hay día en que no me saquen la sonrisa. Y con lo sola que me siento en Málaga, se agradece. Están todo el día halagándome, diciéndome que tal o cual cosa que llevo es bonita, me quitan ¡hasta 10 y 15 años! (la falta de perspectiva a esas edades...), me llaman mamá, me dibujan, me hacen dedicatorias, compiten por dejarme un boli, un lápiz o lo que me haga falta...Y si se ponen revoltosos, me enfado y todo se pone en orden. Claro que no es fácil: la alumna C (según ella, "gótica, tétrica o vampírica") no para de dibujar, más alegre que unas castañuelas, muñecas ahorcaditas en la pizarra; S no deja de decirme lo que no dejan de hacer algunos graciosillos; F y D no paran de cuchichear; la clase entera se ríe porque E se ha sacado un moco y se lo ha tragado; M, T y Z (siempre los mismos, todos los días), preguntan si pueden ir al servicio con las excusas más peregrinas...En fin, vaya curso movidito me espera...

lunes, octubre 12, 2009

Educar es...


Hoy traigo un poema para coger fuerzas después de estos días de puente:

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca,
hay que medir, pensar, equilibrar,
y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino,
un poco de pirata,
un poco de poeta,
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

Gabriel Celaya

viernes, octubre 09, 2009

De puente


Delante de treinta alumnos, atentos a la más mínima anomalía, sería imposible "coger la postura"...Por eso vienen tan bien estos diíllas de descanso (o de trabajo en casa). ¡Feliz puente!


miércoles, octubre 07, 2009

Más perdida...



Estoy tan perdida en Málaga...que parece que siguiera este mapa de hace unas décadas. Mientras me adapto, dedico el tiempo a preparar las clases, a organizar los temas de oposiciones y a ir conociendo lo que puedo. Dedico poco tiempo a Internet, aunque de vez en cuando sigo con mi afición a rebuscar cosillas curiosas. Y estando en ello he encontado estas postales de ciudades, provincias y comunidades españolas de los 60.