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No hace falta que diga a estas alturas que me gustan los juegos alfabéticos...He acudido a esta afición para relacionarla con los contenidos que tenemos ahora entre manos (el manejo del diccionario, los adjetivos, actividades con el alfabeto...), y he propuesto a mis alumnos de 1º de ESO la actividad que describo a continuación. Se trata de que se describan, utilizando adjetivos que comiencen por la letras del alfabeto. Si esos adjetivos pueden ser enlazados de manera que creemos una especie de definición-presentación de nuestra persona, pues mejor. Si no se puede, pues valdrá solo con el adjetivo. Y para guiarlos, me muestro yo:
Andarina, activa y amigable.
Gesticuladora, golosa, gruñona a veces, gritona otras.
Hacendosa y humilde heladera durante un lejano verano.
Imaginativa, idealista, independiente, inquieta. Igualmente indecisa, ingenua.
Juiciosa, justa, no tan joven y juerguista como hace unos años, pero sí jovial.
Ligera en el paso, liberal, llorona y, sobre todo, lectora.
Mañosa, “manitas”, minuciosa, mandona un poco y, a ratos, melancólica.
Nadadora cuando puedo, nerviosa y noctámbula.
Ñoña en absoluto.
Obstinada, objetora en circunstancias que claman al cielo, en ocasiónes ocurrente.
Primogénita, présbita, preparada, perfeccionista, polifacética y “peleona” cuando lo creo necesario, aunque siempre pacífica, pelirroja artificialmente, pero sin artificios pelicana, por prudente peco a veces de pardilla.
Quisquillosa, querenciosa con los lugares en los que echo raíces y con las personas que quiero, quijotesca alguna vez que otra, quinceañera en otro tiempo.
Romántica, risueña y resuelta.
Soñadora, sorpresiva, sevillana, sentimental y sensible.
Terrícola temperamental, también trabajadora, talentosa y tímida.
Única, paradójicamente, como todo el mundo.
Voluntariosa, vital y vulnerable.
Xenófoba jamás.
Yeísta, más del Yin (fuerza cosmológica que se manifiesta por el movimiento) que del Yan (fuerza cosmológica indisoluble del yin, que se manifiesta por la pasividad), pero siempre yo.
Zurda y nada zoquete, zángana ni zascandil.
No hace falta que diga a estas alturas que me gustan los juegos alfabéticos...He acudido a esta afición para relacionarla con los contenidos que tenemos ahora entre manos (el manejo del diccionario, los adjetivos, actividades con el alfabeto...), y he propuesto a mis alumnos de 1º de ESO la actividad que describo a continuación. Se trata de que se describan, utilizando adjetivos que comiencen por la letras del alfabeto. Si esos adjetivos pueden ser enlazados de manera que creemos una especie de definición-presentación de nuestra persona, pues mejor. Si no se puede, pues valdrá solo con el adjetivo. Y para guiarlos, me muestro yo:
Andarina, activa y amigable.
Bravucona cuando me enfado, buscavidas cuando no queda otro remedio, “boquerona” ahoran que vivo en Málaga, bibliófila siempre.
Cinéfila, calurosa y curiosa, “cocinilla” por afición más que por obligación, y callejera: me gusta patear las calles.
Docente, dudosa, dialogante, detallista y desprendida.
Expresiva, estudiosa, frecuentemente entretenida con enredos y dificultades.
Filóloga franca y familiar, fumadora hasta hace unos años.
Gesticuladora, golosa, gruñona a veces, gritona otras.
Hacendosa y humilde heladera durante un lejano verano.
Imaginativa, idealista, independiente, inquieta. Igualmente indecisa, ingenua.
Juiciosa, justa, no tan joven y juerguista como hace unos años, pero sí jovial.
Ligera en el paso, liberal, llorona y, sobre todo, lectora.
Mañosa, “manitas”, minuciosa, mandona un poco y, a ratos, melancólica.
Nadadora cuando puedo, nerviosa y noctámbula.
Ñoña en absoluto.
Obstinada, objetora en circunstancias que claman al cielo, en ocasiónes ocurrente.
Primogénita, présbita, preparada, perfeccionista, polifacética y “peleona” cuando lo creo necesario, aunque siempre pacífica, pelirroja artificialmente, pero sin artificios pelicana, por prudente peco a veces de pardilla.
Quisquillosa, querenciosa con los lugares en los que echo raíces y con las personas que quiero, quijotesca alguna vez que otra, quinceañera en otro tiempo.
Romántica, risueña y resuelta.
Soñadora, sorpresiva, sevillana, sentimental y sensible.
Terrícola temperamental, también trabajadora, talentosa y tímida.
Única, paradójicamente, como todo el mundo.
Voluntariosa, vital y vulnerable.
Xenófoba jamás.
Yeísta, más del Yin (fuerza cosmológica que se manifiesta por el movimiento) que del Yan (fuerza cosmológica indisoluble del yin, que se manifiesta por la pasividad), pero siempre yo.
Zurda y nada zoquete, zángana ni zascandil.