domingo, octubre 24, 2010

Perdonen que no me levante...

Imagen de Gemma Aguasca


A veces no hay manera.
La vida nos golpea a todos, con más o menos fuerza, tarde o temprano. Y hay que remontar, porque la tristeza, la autocompasión, la rabia o la pena no son las mejores formas de superar esas bofetadas. Yo últimamente he recibido algunos varapalos que he aguantado estoicamente, pensando siempre que podía haber sido peor, intentando ver la cara buena de las cosas. Pero siempre sucede algo que no me deja remontar: hace ahora un mes, las muertes de dos familiares muy cercanos (una casi detrás de la otra) me han sumido en el vacío. Y todavía no encuentro ganas, ni fuerza, ni ideas, ni ilusión para escribir nada, ni para crear algo nuevo. Con todo esto me planteo si seguir con el blog, tan paralizado y a la deriva. De momento lo dejo estar, a la espera de que las musas me rescaten y confiando en que disculpéis el abandono...